A la mañanita,
cuando el gallo canta,
rayito a rayito
el sol se levanta:
el pleito rubio
todo despeinado;
los ojos, de sueño,
todos colorados.
Si camino paso a paso hasta el recuerdo más hondo, caigo en la húmeda barranca de Toistona, bordeada de helechos y de musgo entrañable. Allí...