Al despertar, extrañan la tibieza del nido,
saltan de los barrotes de la jaula sonora
y se quedan de nuevo con el piquito hundido
Al despertar, extrañan la tibieza del nido,
saltan de los barrotes de la jaula sonora
y se quedan de nuevo con el piquito hundido
Por toda la casa se esparce un olor agridulce a membrillo, a orejones de calabacita y pera, a pasta de higo y a ejotes pasados por agua que,...