La depresión acaba lentamente con la autoestima de quien la padece, minando, a la larga, su salud.
Ser un profesionista exitoso o medianamente exitoso no significa estar instalado en la gloria, desgraciadamente y como en muchas cosas, existe una cara negativa del éxito que es resultado del exceso de actividades, presiones y responsabilidades; una enfermedad que no produce fiebre y que no obliga a quien la padece a guardar cama por tres días, nos referimos a la depresión.
Aquellos que son cabeza de una empresa, profesionistas independientes, médico, abogados, etcétera, pueden estar viviendo sin sospecharlo un episodio de depresión que de no atenderlo pudiera causarles problemas físicos importantes.
En México, de acuerdo con la Secretaría de Salud, uno de cada diz adultos padece depresión. Dadas las circunstancias de estrés e inseguridad, se calcula que 40% de la población económicamente activa sea víctima de esta enfermedad.
Y es que por lo general los profesionistas se encuentran en un estado permanente de estrés y presión laboral, son personas que cargan con grandes responsabilidades, especialmente económicas, sienten que necesitan rendir todos los días y en todo momento. Lo peligroso de este asunto es que cuando estas personas comienzar a sentir los embates de la depresión la califican de estrés o cansancio, signos físicos y no emocionales.
La depresión no es estar "tristón", en el caso de los profesionales. El mal puede tomar matices muy distintos, la persona deprimida puede mostrarse irritable, con cambios en el patrón de sueño, dolor de espalda, abdominal o en las articulaciones, además de aparecer con fuertes dolores de cabeza.
Quien se deprime achaca sus malestares emocionales a debilidad laboral o defectos de su carácter, minimiza su estado y no se permite ver la raíz del problema. Debido a que la persona deprimida no es atendida con prontitud, la salud comienza a minar y la persona comienza realmente a estar enferma.
Hay que recordar que la depresión deteriora el funcionamiento de la persona y los recursos económicos de las familias y de las instituciones, ya que los tratamientos son largos y costosos y las posibilidades de recaída son casi del 50%.
Ante esto, ciude su salud, ya que usted es el único que puede hacerlo, y para evitar estos casos, si va a emprender o a trabajar en alguna área, que esta sea de su preferencia, ya que como se ha visto, si usted trabaja en lo que más le gusta, las cosas saldrán mucho mejor.
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