La batalla en el mundo de los negocios





Mucha de la terminología que hoy se usa en negocios, se torna prestada del ámbito militar. Piense en términos como estrategia, planeamiento, misión, táctica, logística, cadena de mando, posicionamiento, etc. A continuación se darán consejos para mejorar la operación de su empresa, le auxiliaran en algunas áreas en particular, y de esa forma aspirar a ganar en la batalla por el mercado.

Segmentación de mercados.
Defina un territorio o nicho de mercado que conozca bien para vender su producto o servicio. De lo contrario, haga una investigación. Con esto se acercará al éxito, pues podrá determinar estrategias para conquistarlo.

Inteligencia comercial.
Conozca a su competencia, sus productos, estrategias, precios y la capacidad y habilidad de su personal. Infórmese en ferias, revistas, periódicos, reportes financieros, cámaras, Internet; solicite catálogos y listas de precios; hable con proveedores o antiguos empleados de ellos o visite sus establecimientos. Analice y defina estrategias. Y usted proteja su información.

Publicidad.
Use la publicidad para dar a conocer los beneficios de su productos, lo que lo distingue de su competencia; hay varias formas de publicidad, desde las más económicas (incluso gratuitas) hasta las que se exigen mayor inversión. Vea la publicidad como una inversión, no como un gasto.

Planeación.
Observe. En el afán de obtener ventas, facturación y liquidez, muchos dejan de lado esta importante actividad. Saque un diagnóstico de sus debilidades y fortalezas en las áreas de finanzas, recursos humanos, mercadotecnia, producción y administración; después defina metas en cuanto a territorios, ventas, reducción de costos o gastos, personal, número de clientes, y defina sus estrategias para concretarlas.

Negociación.
Antes de sentarse con el cliente, conozca sus necesidades, su situación, así como sus posibles objeciones. Usted prepare sus argumentos. Consulte, como mínimo, la página web de su opositor y establezca los puntos a tratar, así como cuánto está dispuesto a ceder y aceptar.

La importancia del recurso humano.
Considere a su personal como la parte más importante de su empresa, piense que los planes se quedan en papel si no hay quien los ejecute. Su gente debe estar motivada, capacitada, con un sueldo y prestaciones justas. Tómelos en cuenta y escuche sus quejas, opiniones y sugerencias.

Una misión en el plan estratégico.
Establezca la misión de su empresa, escríbala y dela a conocer entre sus gerentes y empleados para que sepan hacía donde busca ir la empresa, y cómo pueden ellos contribuir con sus tareas diarias.


Motivación.
Conozca a sus empleados. Qué les disgusta, qué les agrada, qué cambiarían, qué sugerencias tienen, etc. Con esta información haga cambios y trate de cumplir sus expectativas. Le sorprenderá saber que, muchas veces, un incremento de sueldo no es el principal factor para que sus empleados aumenten su productividad. A veces, la higiene, seguridad, limpieza de sus áreas de trabajo, capacitación, así como actividades extra laborales son suficientes.

Ofensiva espectacular.
Dé a conocer su producto con incursiones rápidas, certeras y baratas en el mercado, lo importante es definir a qué segmento quiere llegar.

Ubicación geográfica.
Tome en cuenta la disponibilidad de mano de obra capacitada, de proveedores que ofrezcan calidad y puntualidad; estudios socioeconómicos de la zona; mapas geoestadísticos; medición de flujos vehiculares o peatonales; la competencia; clientes potenciales; niveles de inseguridad; estacionamientos cercanos y otros servicios.

Liderazgo.
Escriba qué valores deben guiar a su empresa y a sus empleados hacia el éxito. Hágaselo saber. Instale letreros en la empresa con lemas como calidad al cliente, rapidez, limpieza, trato amable, preocupación, etc., y comprométalos, que opinen sobre estos valores.

Integración de equipos.
Si cuenta con una vacante, primero haga una lista de las actividades que realizará quien ocupe ese puesto, después haga en listado cómo debe ser quien ocupará ese puesto y comience su proceso de selección.

Delegación de responsabilidades.
No puede planear, vender, comprar, reclutar, fabricar, registrar, investigar, analizar, etc., ya que esto lo distrae de sus funciones principales y es agotador. Delegue responsabilidades a su personal, contrate empresas que realicen actividades no vitales (outsourcing).

Seguimiento.
Después de realizada la venta, debe darle seguimiento, hablar al cliente y checar que todo esté en orden. Sea atento con él. Analice los resultados obtenidos, así como sus estrategias. Haga los cambios necesarios.


 Fuente: Entrepeneur.


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