Oleada ovni de 1965





El avistamiento masivo de ovnis, el reporte constante de aterrizajes, encuentros con seres extraterrestres, mensajes dictados por entidades extraplanetarias, por un lado y por el otro el incesante regsitro en foto y video de miles de personas que han sido testigos de este fenómeno, apuntan a que esto fue una oleada.

Una oleada OVNI se define como aquella que en un periodo determinado de tiempo se registra la aparición constante de objetos voladores no identificados, a todas horas, sobrevolando diversas ciudades. Muchas de estas oleadas se han presentado, pero la más importante que se ha registrado en nuestro país es la que sucedió en 1965 y que es catalogada así por la cantidad y calidad de las evidencias que se presentaron de finales de Junio a Octubre de aquel año.

El director del Centro Investigador de Fenómenos Extraterrestres, Extraordinarios y Espaciales A.C, CIFEEEAC, Carlos Guzmán, asegura que los medios de comunicación jugaron un papel muy importante ya que durante ese tiempo publicaron en primera plana información sobre los avistamientos de este fenómeno.

Guzmán Rojas mencionó que el principal caso del 65’ fue el de tres jóvenes que vivían cerca de la Unidad Profesional Zacatenco del Instituto Politécnico Nacional, que afirmaron haber contactado el miércoles 11 de Agosto de ese año, después de la media noche, con seres de Ganímedes que es la 3° luna de Júpiter, e incluso haber viajado en un OVNI para después llegar a una nave interplanetaria más grande. “El caso fue impresionante e incluso quedaron registradas las huellas del supuesto objeto que descendió”, aseguró el también escritor.

En exclusiva, el rotativo Novedades, Diario de la Tarde, dio a conocer este caso el jueves 26 de Agosto, donde estuvieron involucrados los jóvenes Paio, Iago Rodríguez Díaz y Jorge Rueda Navarro, quienes describieron a los tripulantes de esta nave como seres de más de dos metros de altura, con “cabellera larga de un rubio platinado, ojos claros y transparente, color marfilino en el rostro, tez suave como la de un niño y proporciones armónicas de todas las partes de su cuerpo”.

Asimismo, Iago Rodríguez aseguró al periódico que “las expresiones de estos seres no reflejaban emociones ni tensión. No les vieron abrir la boca y, a pesar de que les dijeron que conocían setecientos idiomas y dialectos nunca les hablaron directamente, sino por telepatía”.

Los aventureros describieron a Novedades que la nave en la viajaron tenúa “la sparedes lisas y luminosas”. La estructura se prolongaba interminablemente, a un grado que ellos no podían percibir en dónde terminaban. Continúa el relato: “Una multitud de seres, que no fueron menos de tres mil, animaban la escena”. Uno de los jóvenes dijo que no había ni mujeres ni niños. “Eran todos hombres que se encontraban dedicados a diferentes ocupaciones”. Les llamó la atención la labor de algunos que manejaban instrumentos que podían compararse con bazucas, como las conocemos, y que maniobraban haciendo movimientos de arriba hacia abajo y viceversa.

“El espectáculo que se ofrecía a la vista resultaba maravilloso. Aquella multitud de seres se desenvolvía en medio de un silencio absoluto, que contrastaba con su gran actividad. Todos llevaban vestidos de diferentes colores, que aprecían distinguirlos de acuerdo con sus ocupaciones y jerarquías”.
Incluso, un día después de su publicación, este mismo diario dio a conocer que habían recibido cartas y visitas de sus lectores para cuestionarles sobre “¿Qué crédito les merecieron a ustedes sus informantes… piensan que les estaban diciendo la verdad?” El periódico respondió: “Desde luego, se trata de jóvenes inteligentes, de conducta irreprochable y pertenecientes a familias honorables y que nos merecen toda nuestra consideración. Paio y Iago Rodríguez Díaz son estudiantes. El primero cursa estudios en la Vocacional del Politécnico y el segundo lo hace en la Facultad de Comercio y Administración de la UNAM. Por lo que respecta a Jorge Rueda Navarro, tuvimos la impresión de que tiene una madurez superior a la que corresponde a sus 19 años. Jorge ocupa un puesto importante en el negocio de Mallén Hermanos”, se dio a conocer en las páginas del Diario de la Tarde.

A pesar de ello, Carlos Guzmán esta consciente de que no era tecnología de la Unión Americana o de la extinta Unión Soviética, ya que en esos años se desarrollaba la Guerra Fría y la Carrera Espacial. 



Fuente: Los Grandes Misterios del Tercer Milenio.


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