He aquí la historia del fantoche más grande del Universo de Dragon Ball, el cual fue un producto prefabricado de los medios de comunicación (Principalmente de la ZTV Corporation), ya que fueron estos los que vendieron la idea de que este mamarracho salvó al mundo eliminando a Cell, hecho que la gente de la Tierra acepto como verdad (La borregada no es asunto exclusivo de los terrícolas de verdad). Este luchador ha sido el más grande campeón que la humanidad haya conocido (siempre y cuando tratemos de la gente villamelona). Además de tetracampeón en los Torneos de Artes Marciales, Satán es padre de Videl (la hermosa esposa de Gohan) y abuelo de Pan.
Después de conseguir el campeonato del 24° torneo de las artes marciales, decidió acudir a los Juegos de Cell, en donde se retaba a la gente fuerte del planeta para derrotar al bioandroide. Al ¿ingenuo? De Mr. Satán se le pasó por la cabeza que sólo él podría vencer al poderoso Cell. Avisó a la televisión para que todo el mundo pudiese ver como el Campeón Satán ganaba el combate, pero su enfrentamiento fue tan corto como patético (al igual que las peleas de sus alumnos, las cuales fueron exclusivas del anime). Sus golpes no causaron la más mínima molestia en su rival y Cell lo envió fuera del ring de un solo golpe. Durante el resto del Cell Game se limitó a comentar los combates con su “¡Es un truco!” aludiendo a los ataques y poderes del resto de los luchadores.
Míster Satán durante todo este pasaje no demostró gran valentía (más bien todo lo contrario, pero como es bien “astuto”, supo justificarse), excepto cuando el Androide Número 16 le pidió que le arrojara su cabeza lo más cerca posible de Son Gohan para que éste último estallase todo su poder oculto. Cuando acabaron los combates, todos los guerreros Z se fueron y el único que quedó en el desértico lugar fue Mr. Satán, que se autoproclamó ganador del combate ya que todo el equipo de televisión estaba desmayado (¡Qué casualidad!). Desde entonces, Mark (su nombre verdadero según Akira Toriyama, creador de esta historia) ha vivido del cuento de haber vencido a Cell, y su popularidad fue tan alta al grado de rebautizar a su ciudad de residencia como Satan City.
Años más tarde, volvió el gran evento de las artes marciales donde Míster Satán “ganó” a la bella esposa de Krilin, Androide Número 18, después de acceder a pagarle una suma bastante grande de dinero para dejarse ganar (y con esto mantener la reputación y la complicada red de intereses que existen en los hilos del poder del Mundo Dragon Ball).
Cuando apareció Majin Boo, Míster Satán se propuso el reto de acabar con la vida del malvado ser, que más tarde se convertiría en su amigo (o compadre de peda, como ustedes quieran verlo), y así salvar la Tierra y ser todavía más popular (¡Total!, la gente se puede tragar cualquier cuento mientras tenga el respaldo de los “medios informativos serios”). Se dirigió a casa de Boo para, primero, derrotarlo con unos bombones envenenados que no le causaron el más mínimo efecto en el monstruo. Luego llegó el “Plan B”: un fantástico Game Boy con una bomba en su interior, pero como si fuese una ráfaga de viento, la explosión no causó ningún efecto. Así que, con Mr. Satán muerto de miedo (si no se orinó en los pantalones fue de pura chiripa), tuvo que hacer de mayordomo; una experiencia que le sirvió para trabar amistad con Boo, enseñándole lo que era bueno y malo (siempre desde la óptica humana) y librando al mundo de una amenaza que prometió no volver a destruir o a matar.
Pero la suerte no le sonreiría del todo ya que durante su corta estancia en casa de Boo como criado sería herido en un ataque de unos francotiradores sin escrúpulos, recibiendo un tiro en el pecho que Boo le curó al momento. Después de que el demonio rosa se transformase en otro más malvado parecía que el fin había llegado, pero el afecto que el Boo “ingenuo” sentía por “el héroe más grande del mundo” era muy grande, tanto, que cuando Majin Boo asesinó a todos los habitantes de la Tierra desde el Palacio de Kami Sama, sólo él y Bee (el perro que era su mascota) sobrevivieron (Ten Shin Han y Chaoz se salvaron por sus méritos, pero esa es otra historia).
Tras vagabundear durante unos días por un desolado planeta Tierra, fue transportado hasta el Planeta Sagrado en donde sería testigo del combate entre el original Majin Boo contra Goku y Vegeta. La verdad es que finalmente Satán se convirtió en un héroe a su manera, ya que consiguió ponerse en contacto telepáticamente con la humanidad para que Goku concentrase todo el poder necesario y así lanza su Genki Dama contra Boo (Gesto que Kakarotto terminó reconociéndole posteriormente).
Tras esto, logró ganar dos nuevos torneos (Los 26° y 27°) derrotando en las finales a un reformado Mr. Boo. Poco después, fundó un dojo en donde impartía clases con la intención de traspasar sus “técnicas” y ¿sabiduría? A sus alumnos. De esta manera, el futuro de la Tierra estaba a salvo. Así tendría que haber sido, pero la llegada del tsufur Baby a la Tierra provocó una posesión mundial que no llegó a afectar a Mr. Boo, Mr. Satán (Protegido por el primero), Pan y Oob. El campeón de artes marciales se enfrentó “valientemente” a uno de los esbirros de Baby (Hanma, una especie de Terminator del cual Baby tomó control), y poco después lideró a la humanidad en su éxodo hacia el Nuevo Planeta Plant (En lo que reconstruían la Tierra por las gracias de las esferas del dragón negras). Después de eso, sólo se limitó a ser el elemento cómico de la serie, pero como la injusticia también impera en Dragon Ball, se sabe que 100 años después el tuvo una estatua que lo reconoce como uno de los “Héroes Legendarios” del Planeta.
Como no sea el poder embaucar a toda la bola de borregos gran parte de la humanidad, Mr. Satán no tiene ningún poder especial. Tan sólo posee unos cuantos ataques especiales como el Satan Miracle Special Ultra Megaton Punch (Un simple puñetazo), el Dinamite Kick o el Rolling Attack Satan Punch. Sin lugar a dudas, todo un personaje peculiar, que aunque a mí no me agrada, si es del gusto de muchos, y es un reflejo fiel en esta caricatura de cómo se pueden forjar idolitos de papel si las circunstancias y muchos factores conspiran a su favor.
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