Para dar y repartir




Vivimos en un mundo de escasez, los deseos o necesidades de la sociedad exceden a los recursos disponibles para satisfacerlos. Por eso, es necesario definir un mecanismo para distribuir los recursos disponibles entre las personas y sociedades que deseen utilizarlos.


En este aspecto, las decisiones fundamentales que toma toda sociedad se pueden reducir a: qué bienes y servicios se producirán y en qué cantidades; cómo producirlos, y para quién producirlos. 

Las diferencias entre naciones, culturales, políticas y económicas, las han llevado a organizarse económicamente en diferentes sistemas que pueden clasificarse en: SISTEMA DE MERCADO LIBRE, SISTEMA CENTRALIZADO y SISTEMA MIXTO.

En el mercado, los consumidores tienen la libertad de decidir cuánto comprar de los diferentes bienes y servicios que necesitan según cuánto deseen tenerlos, el dinero con el que cuenten y el precio que tengan. Además, los productores pueden decidir cuánto producir dependiendo del precio que los consumidores estén dispuestos a pagar. Así, tanto la oferta -de los productores y vendedores-, como la demanda -de los compradores-, influyen en el precio de los productos y las cantidades que se venden y compran. 

El sistema centralizado se caracteriza por que la determinación de la producción y asignación la realiza el Estado. Las decisiones de la asignación se realizan sin que participen los precios o el mercado. Por medio del mecanismo del mando se asigna la cantidad que debe recibir cada consumidor de los bienes y servicios producidos. Históricamente, algunas sociedades han implementado sistemas centralizados, este es el caso de las economías socialistas y comunistas como lo fueron la U.R.S.S., China y actualmente Cuba. 

En un sistema de economía mixta se combinan los dos anteriores, pues se conjuga el trabajo conjunto de el Estado, los consumidores y las empresas para influir en la toma de decisiones en qué producir, cuánto y para quién.

Actualmente este tipo de sistema predomina en muchas naciones, México es una de ellas, porque por una parte la interacción entre consumidores y empresas determina los precios de los bienes y servicios a intercambiar que se producen; y por la otra el gobierno proporciona los bienes y servicios que a las empresas les sería poco redituable proporcionar a la sociedad. El estado también proporciona el marco jurídico para el buen desempeño de los agentes económicos. 

Un mecanismo de asignación de recursos es una “fórmula” que define de qué manera se distribuirán los recursos disponibles. En todas las sociedades y sistemas económicos se emplean simultáneamente distintos mecanismos de asignación. Otros mecanismos que nos son familiares porque forman parte de nuestra vida cotidiana, son las votaciones, las filas (en donde al primero en llegar le toca primero), las loterías, las subastas, los concursos, la ley del más fuerte y la no exclusión.

Hay un caso más: la asignación por características de las personas. Como su nombre lo indica, se refiere a asignar recursos dependiendo de ciertas características de los individuos. Un ejemplo de esto, es guardar un asiento del autobús a quienes usan silla de ruedas, a los adultos mayores o a las mujeres embarazadas.


Fuente: MIDE-Museo Interactivo de Economía.



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