Impresiones del Mundial




A unas horas de acabado este magno evento, es obvio que el ciberespacio va a estar inundado de notas relacionadas con las distintas impresiones que se obtuvieron del Mundial, y en el caso de este blog no va a ser la excepción (¡Lo que nos faltaba!). Ya desarrollado el partido digno de historia de terror para Brasil (Ya que Alemania y Argentina son ‘rivales históricos’), o para muchos otros un juego que se podría definir como: “¡Santas Intervenciones Divinas, Batman!” (Por lo cerrado que fue el juego, y por ser los países de nacimiento de los papas del Vaticano –Benedicto XVI y Francisco I-), es justo decir que ganó el mejor, y no queda más que felicitar a los siempre poderosos alemanes, que por justicia histórica ya merecían la Copa del Mundo.

Precisamente, algo grato de este torneo de futbol fue que Alemania ganara, ya que ellos estuvieron en el verdadero grupo de la muerte (por papel actual e histórico, Ghana, Estados Unidos y Portugal no son ningunos flanes) y salieron muy bien librados, jugaron bien tanto individual como colectivamente, y antes de que me tachen de villamelonismo (nunca faltará el latino ardido que le guste echar tierra, XD), digo que era merecido este triunfo de los germanos ya que han sido la selección más constante del Nuevo Milenio (Subcampeones Mundiales en 2002; 3° Lugar Mundial en 2006, 2010; Subcampeones de Europa en 2008), y a diferencia de muchos otros combinados nacionales (sobretodo de nuestra querida Latinoamérica), no se precipitan, no corren Directores Técnicos a la mínima señal de crisis, aguantan los proyectos, le echan ganas (mantienen la constancia) y he aquí los resultados: Son campeones de la Copa del Mundo Brasil 2014.

Y mis porras hacia Alemania no son nada más por ganar la Copa del Mundo, sino por ser un país en el que las cosas se hacen bien y de manera seria, muchas veces han sido satanizados por la historia, y a pesar de ello siempre se levantan, se reinventan y se mantienen a la vanguardia. Un aspecto que me fascinó de este seleccionado, es que siendo una nación donde pueden presumir de orgullo nacional, no se ponen xenofóbicos y da gusto ver que en su equipo han incorporado turcos, polacos, ghaneses, etc.; y sin fijarse si son “alemanes de nacimiento” mantienen su filosofía de juego de eterna lucha (cosa muy distinta en mi querido México, donde siendo bien malinchistas – la verdad, no lo nieguen – ponemos el grito en el cielo cuando se convoca a un “naturalizado”, a los cuales, lejos de apoyarlos – cuando muchas veces si se parten el alma por representar al tricolor – hasta les ponemos más trabas), desarrollando una mezcla de talento interesante que les ha dado este gran triunfo. Insisto, mis más sinceras felicitaciones a Alemania, no sólo por su victoria en el futbol, sino por muchos otros aspectos en los que son líderes.

El subcampeón, Argentina, también merece sus felicitaciones, ya que sin ser tan espectacular (como luego esos pibes se encargan de pregonar a cada rato) fue efectivo, y aunque su “sobrevaluado” crack Leonel Messi sigue sin dar esa actuación acorde a las expectativas, sus individualidades (sobretodo Di María y Mascherano) le ayudaron a sortear las diversas instancias de este mundial, y dadas sus recientes actuaciones en otros torneos, deben que estar más que agradecidos por su logro.

Este “análisis” va para largo, por lo que si eres de los que se le cansan los ojitos al leer más de 3 párrafos y ya te aburriste, mejor córtale aquí por lo sano; si eres de mis “fieles lectores”, te pido paciencia y en dado caso haz la lectura por turnos. Dada la nota aclaratoria, sigamos.

A riesgo de ser tachado como traidor a la Patria (ya que echarle porras a Holanda es actualmente antimexicano, no lo es el vender tu voto por una tarjeta de Soriana o monedero Monex, en fin, ya sabemos cuáles son las prioridades de la nación), me hubiera encantado que Holanda ya se le hubiera hecho ganar la Copa del Mundo (Independientemente del famoso #Noerapenal), ya que sufre el mismo complejo del Cruz Azul (ser un subcampeonísimo), y para su salud mental (y por justicia histórica, les guste o no les guste) ya es necesario que alcance el triunfo definitivo. Quitando el trauma histórico de la Naranja Mecánica, y descartando nuestra arditud (justificada pero no por ello del todo útil), Holanda fue un digno 3° lugar.

A este paso, ¿A todos los países les voy a dar felicitaciones?, ¡Por supuesto que no!, tampoco andaría analizando el desempeño individual de cada nación (sería muy tardado y tendría que hacer un montón de entradas para ello, cosa que evidentemente por ciertas razones “logísticas” no correspondería), pero creo que era justo ensalzar la actuación de los 3 primeros lugares de este torneo ya concluido.

¡Santas decepciones, Batman!, eso es lo que uno diría al observar el desempeño de Brasil, la selección verdeamarelha, la anfitriona del evento. La mala crítica no es tanto por el 4° lugar (¿Cuánto no daríamos para que México llegara a esas instancias?), ser el 4° mejor de 32 es demasiado bueno para cualquiera, la bronca es que en tierras cariocas la soberbia por el hexacampeonato  ya estaba demasiado elevada, era notorio que con las “polémicas” actuaciones arbitrales que la “línea” era que Brasil llegara a la final (es una mera suposición, pero es obvio que había algo detrás de los arbitrajes mundialistas), lo cual sumado a que ya se sienten del 1° mundo (teniendo cola de 5° en muchos aspectos, pero es evidente que se han hecho muchas cosas buenas, aunque no al grado para sentirse una superpotencia), es obvio que los bajaron muy gacho de su nubecita. No pretendo armar carrilla con los brasileños, por lo que este apartado lo concluyo diciendo: ¡Mejor suerte para la próxima! (Aunque el trauma de sus 2 mundiales organizados difícilmente se lo podrán quitar en mucho, pero mucho tiempo. Por cierto, yo creo que muchos de esos jugadores mejor se quedan a vivir en el extranjero, ya que el linchamiento mediático en su país natal será duro y directo).

Parece cliché decirlo, pero este fue un excelente mundial, la mayoría de los juegos no dieron tanta flojera como en otras ediciones (además tuve la fortuna de verlos y grabarlos todos), al parecer no existieron graves problemas de logística (algo que tenía a muchos preocupados), y el evento se pudo desarrollar de muy buena manera a pesar de ciertas problemáticas sociales que tuvieron incidencia (huelgas, manifestaciones en contra del gran gasto ejercido – más que nada por la corrupción en su manejo -, y disturbios por la desilusión proporcionada por la selección brasileña). Para mí, junto con el Mundial de Francia 1998, fue el mejor certamen de futbol que he visto, pero obvio, en gustos se rompen géneros y usted tendrá la mejor opinión al respecto.

Sinceramente, no tenía ningún favorito para el certamen (y aunque lo tuviera, ya no tiene caso exponerlo después de acontecido el magno evento), y aunque hubiera estado chingón que se cumpliera la Doctrina Monroe (“América para los americanos”), pues no se pudo y como me harté de mencionarlo antes, ¡Felicidades, Alemania! (Por algo has demostrado ser el pilar por el que el proyecto de la Unión Europea no se ha desmoronado).

No tenía favoritos, y sin embargo eso no me priva de mencionar las grandes decepciones del certamen, como la ya previamente citada Brasil, que a pesar del 4° lugar mancilló el prestigio histórico al ser goleado tanto por la maquinaria alemana (el famoso 7-1) como por la naranja mecánica (3-0), teniendo de esta forma el nada honroso récord de ser el anfitrión más goleado de la historia. Otra gran decepción (que tendría más tinte dramático de no ser por lo cariocas) fue España, que como todos sabemos venía con la etiqueta de campeón del mundo y bicampeón europeo, pero su desempeño dejó muchísimo que desear, siendo humillado por Holanda y Chile, rescatando el honor ante los socceros (Australia), cosa que evidentemente no fue suficiente.

Otras grandísimas decepciones fueron Italia e Inglaterra, quienes con el curriculum de haber sido campeones del mundo arribaban a las tierras amazónicas, y aunque muchos calificaban a su grupo como el de la muerte, no tenían presupuestado ser eliminados por Uruguay y mucho menos por Costa Rica (de la cual en sus fantasías más bizarras no contemplaban que les sacara un punto, pero los ticos demostraron que el futbol es un juego de hombres y no de nombres). Sumándose a este listado tenemos a Portugal, que con su semideidad CR7 (el cual es bueno, pero la mercadotecnia se encarga de hiperinflarlo) que no estaba al 100 %, sólo dio más penas que glorias. Por último, aunque no son tan apreciados y bien evaluados, es indudable que han invertido mucho en su futbol, por lo que no deja de ser un fracaso, y más teniendo en cuenta que el próximo mundial se desarrollará ahí, y ese es el caso de Rusia, que evidenció que le hace falta trabajar mucho en vísperas de tener un papel digno como anfitrión.

En resumen, las decepciones del Mundial fueron: Brasil, España, Italia, Inglaterra, Portugal y en menor medida Rusia.

Por el lado positivo, y no siendo la excepción en este caso, se dieron las sorpresas, siendo la más grande Costa Rica, la menospreciada de su “grupo de la muerte”, y conscientes de sus fortalezas y debilidades, ganaron su grupo con categoría, vencieron en penales a los griegos en octavos y por poquito nos vengan (por así decirlo xD) ante los neerlandeses, demostrando de esta forma que el nivel de la CONCACAF es competitivo (aunque es una práctica común de estos lares el siempre descalificarla), por lo que resta decir que Costa Rica mostró el #CONCACAFPower, siendo la gran revelación del torneo.

La otra grata sorpresa fue protagonizada por Argelia, la cual era la menos favorita de todas las naciones africanas (Camerún, Costa de Marfil, Nigeria y Ghana), y sin embargo, pusieron contra las cuerdas a Bélgica (aunque esta última les ganó), le ganaron a Corea del Sur y empataron contra Rusia, pasando a la siguiente instancia, en donde le hicieron tener serios predicamentos a la campeones Alemania, que necesitó del Tiempo Extra para ganar. Dados los argumentos, nadie puede negar que Costa Rica y Argelia fueron las sorpresotas del torneo.

Muy padre mi rollo (¡Lo sé!), pero ¿México? ¿Qué puedo decir al respecto?, por tendencia histórica insisto que se debe realizar una reforma psiquiátrica para quitarnos esa malaria (no sólo en el futbol) que impide que México trascienda (ya sé que hay muchos aspectos que se requieren para que nuestro país sea mejor en esto y otras cosas, pero un primer paso sería la reforma psiquiátrica, término que molesta a muchos de mis contactos de Facebook, pero bueno, eso ya es otro rollo), ya que desde 1994 hasta la fecha, en cada edición, en algún momento, se juega como nunca y se pierde como siempre, si no fue el problema de los cambios (Estados Unidos 1994), ha sido la mala marcación (Francia 1998), o el exceso de soberbia nos desubicó (Corea – Japón 2002), o un golazo inesperado (Alemania 2006), o que no se marcó un fuera de lugar (#EraFueradeLugar, Sudáfrica 2010). Como podrán observar, nunca falta la perturbación aleatoria que echa a perder el modelo (es decir, el negrito en el arroz), y en esta edición 2014, #NoEraPenal. Siendo francos, ese penal fue en compensación del que no se marcó en el 1° tiempo y que derivó en la lamentable lesión de Héctor Moreno (Aún así no falta que me tachen de traidor a la patria, aún cuando es peor estafar a la máxima paraestatal del país y a una de las principales instituciones financieras de la nación, pero bueno, ya no le sigo de amargoso), el verdadero problema fue el error de concentración que permitió que Sneijder empatara el juego, de no haber sido por ello, me cae que hasta Ochoa hubiera parado el penal, pero precisamente el hubiera no existe y nos tendremos que resignar por lo menos otros 4 años.

Reitero, por tendencia histórica de mundiales (sumado al logro menospreciado por muchos del “oro olímpico”) se puede decir que México sigue estancado, pero siendo más observadores, y recordando cómo se sufrió en este proceso, la verdad la selección me sorprendió y me dejo callado (yo me daba por bien servido si no perdía por goleada ante cualquiera de sus rivales, soy franco) ya que fue notorio que se tuvo un bajón de nivel grave después de la medalla olímpica, de arrasar en el cuadrangular eliminatorio se hizo el ridículo en el hexagonal, donde de no ser por Zusi Graham (futbolista de los Estados Unidos), simple y sencillamente no hubiera escrito estos dos últimos párrafos.

La verdad, dado ese mal desempeño, sumado a que realmente solo tuvieron poco tiempo de entrenamiento y partidos ante sinodales de no tan alta jerarquía (con el debido respeto a Nigeria, Corea del Sur, Israel, Bosnia – que ganó -, y exceptuando a Portugal – que no cumplió con las expectativas -), sinceramente vislumbraba el peor de los escenarios, el cual afortunadamente no se hizo realidad, ya que le ganaron bien (a pesar de los 2 goles anulados) a Camerún, evidenciaron a Brasil (desde ahí ya había señales del “Apocalipsis” carioca), callaron a los croatas (sin lugar a dudas uno de los mejores partidos ejecutados por el tricolor) y nos ilusionaron ante Holanda (jugaron bien pero lamentablemente no fue suficiente). Espero que no se presente la irregularidad característica del futbol mexicano (la cual se le presentó al Chepo de la Torre, cortando un proceso que arrancó muy bien pero terminó muy mal) y que Miguel Herrera pueda armar un buen equipo y cumplir un proceso sin tantas broncas hacia Rusia 2018.

Y precisamente, ¿Qué esperar para Rusia 2018?, Brasil no desentonó (a pesar de sus problemáticas sociales y económicas) y a pesar de que 4 años es mucho tiempo, puedo asegurar que Rusia en cuanto a infraestructura no tendrá problemas (ya que los recientes Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi le salieron de maravilla, lástima que casi nadie pelo ese evento, pero esa es otra historia), el problema con la tierra del tetris (aquí se inventó) será la batalla territorial que actualmente tiene con Ucrania (reavivando los temores de que esta nueva Guerra Fría entre Occidente y Rusia se salga de control), lo cual sin lugar a dudas es un punto de tensión que esperemos se resuelva pacíficamente a la brevedad. Por otra parte, ya solo el tiempo nos ira definiendo que países se aplican en sus respectivas eliminatorias y a qué podrán aspirar en la siguiente cita mundialista.

Agradeciendo la paciencia que han tenido para leer este “análisis”, puedo concluir que fue un agradable mundial (De los mejores en mi opinión personal), que Brasil demostró que a pesar de sus problemas, cualquier país emergente (donde se incluye a México) puede organizar eventos de calidad, y aunque su representativo no tuvo suerte esta vez, es momento de levantarse para demostrar que su legado futbolístico es grande. Esperemos que para las próximas Olimpiadas de Rio de Janeiro (a celebrarse en 2 años) no se arme la Revolú y puedan organizar de buena manera el 2° Evento de esa magnitud realizado en suelo latinoamericano. Y para concluir (ya casi termino, no se desesperen), como lo mencioné, espero que las irregularidades futbolísticas mexicanas no se manifiesten y que Miguel Herrera si pueda cumplir un ciclo mundialista, que derive en un óptimo resultado para México en el Mundial Rusia 2018.

Por su atención, ¡Muchas Gracias! Fin del Comunicado. Coman frutas y verduras.


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