Los Caballeros del Zodiaco. Lost Canvas, el manga




Siguiendo con la tendencia de hacer resúmenes con ciertas pizcas de análisis de mis series favoritas (próximamente incorporaré otros temas no tan comunes de estas, así cómo escribiré sobre otras obras que en su momento se darán a conocer), este artículo lo había prometido y hoy cumplo, y el tema a tratar será el manga de Saint Seiya en su versión Lost Canvas.

El anime que ya se trató previamente, fue cortado bruscamente, y entre dimes y diretes todavía no ha sido lanzada su tercera temporada (todo pinta a que está no será realizada), por lo que muchos fans que no son dados a leer ya sea por la conocida falta de voluntad lectora –algo muy común en México -, o porque no han podido tener tiempo para ver el manga, o porque de plano no han dado con el sitio adecuado en la red para realizar esta actividad) de seguro tendrán la curiosidad de saber que fue lo que pasó. Si no te cansa leer más de 3 párrafos en la pantalla de tu computadora (tablet, celular, laptop, netbook, etc.), en este espacio te daré un resumen de lo acontecido, esperando que te dé ánimos de leer esta historieta adquiriendo el producto original, o visualizándolo en alguno de los múltiples sitios encargados de la ciberlectura de mangas.

El anime de Lost Canvas no está tan desadaptado del manga, por lo que no me detendré en contar los detalles iniciales de los primeros 10 tomos (los cuales, si lo quieren ver, den click en el hipervínculo), por lo que este recuento iniciará con las acciones que dieron fin a la serie animada. Como muchos recordaran, Hades – Alone reta a Atena – Saori y a Pegaso – Tenma en el Santuario, y el Dios del Inframundo les dice que la vida humana se extinguirá cuando logre terminar con su lienzo, el cual cubre prácticamente todo el cielo de la Tierra. Dado este panorama, es obvio que los guerreros leales a Atena irán tras el ejército de Hades para evitar que cumpla con su “diabólico plan”, acudiendo a su castillo y empezar en plena forma “La Guerra Santa”.

Después de la batalla emprendida en el Castillo de Hades de la cual hubo importantes sacrificios, Hades asciende al cielo y desde el Lost Canvas realiza sus lienzos, mientras los subalternos (Pandora, Radamanthys y otros espectros) dirigen las acciones militares. Atena manda la orden a Degel de Acuario y Kardia de Escorpión de buscar cierto artefacto para poder ir al Lost Canvas, mientras que Tenma sufre una crisis existencial derivada por la presunta muerte de su querido amigo Dohko de Libra, por lo que a sugerencia de Degel de Acuario, se dirige a la Isla de Kanon con el propósito de volverse más fuerte. En dicha isla, Tenma tendrá que enfrentar “difíciles pruebas” del demonio del lugar, las cuales evidentemente superó, y en el transcurso del manga se revela que ese tutor es Deuteros, el Caballero Dorado de Géminis de esa era, el cual se exilió a ese lugar por “traumas personales”, los cuáles dan a entender la naturaleza maldita de la que goza en esta serie (en todas sus derivaciones) la constelación de Géminis.

En terrenos de Bluegard (Una especie de Siberia mezclada con Alejandría, dada la peculiaridad de almacenar el conocimiento mundial), Degel y Kardia van a cumplir la orden de la Diosa Atena (Encarnada en esta era por Sasha) de recoger la voluntad del Dios de los Mares, Poseidón, para poder viajar al Lost Canvas. En ese frío lugar donde Degel estudió, el Santo de Acuario se reencuentra con viejas amistades que le informan que la situación del mundo no es el del todo agradable, y teniendo la “misión peligrosa” de hacerse de cierta voluntad divina, los obstáculos propios del lugar sumados a la contra estrategia de las huestes de Hades, derivaron en una serie de batallas dignas del manga y la animación. Para no hacerles el cuento largo (aún cuando hay mucho material del que se puede uno extender, ya sea de la propia historia en sí o de las biografías particulares de cada guerreros que tuvo acción en este manga, por lo que podrían ser temas dignos para otras entradas de este “dinámico” blog), Kardia muere en una titánica batalla ante el Juez del Infierno Radamanthys de Wybern, mientras que Degel se sacrifica para evitar el hundimiento de Bluegard encomendando la entrega de la voluntad de Poseidón (Oricalcos) a Atena a su “amigo” Unity (que mató a sus propios familiares, a la amada de Acuario, fingió su muerte y sirvió a Poseidón, sin lugar a dudas demasiada amistad le tenía Degel, ya que en la vida real uno no confiaría en estas personas, pero esa es otra historia).

Yato y Yuzuriha (“compañeros de viaje” –al menos al inicio – de Tenma) se encuentran en el Tíbet, junto con otros caballeros buscan el barco (el cual encontró el Santo de Unicornio de una forma chusca) con el que puedan avanzar hacia el Lost Canvas, y para que esa legendaria embarcación pueda iniciar operaciones es necesario el Oricalcos (la previamente citada “voluntad de Poseidón”) y hacerle unos arreglos (ya que era un transporte viejo). En este pasaje tiene su aparición el “niño prodigio” de Regulus de Leo, que descongela el barco y protege a los reparadores ante los ataques de la enviada del Ejército de Hades, Violate de Behemoth, con la cual sostiene una dura y larga batalla de la cual ambos terminan seriamente agotados.

Los arreglos del barco “sagrado” siguen, y siendo atacado por miembros del ejército de Hades, los Caballeros de Bronce lo defienden con todo el esplendor de su cosmos, por lo que viendo las dificultades que tiene su tropa y al tener malherida a su “apoyo”, el Juez Aiacos de Garuda aparece. Como siempre, todo parece perdido hasta que el rayito de esperanza sale a la luz, que en esta ocasión adquirió la forma del Caballero Dorado de Sagitario, Sísifo, y su acompañante Tenma de Pegaso. El Dorado combate a Aiacos, El de Bronce tratará junto con los demás de poner el Oricalcos en su lugar, para dar marcha a la embarcación, el cual se activó gracias al “lazo de sentimientos” (es un momento cursi, pero no por ello menos disfrutable) de los santos presentes. Con el barco en vuelo, la batalla entre Sísifo y Aiacos adquiere mayor intensidad, en la cual básicamente tratan de definir que domina más en el mundo, si los lazos de amistad del primero o el sometimiento brusco de los subordinados del segundo, intercambio de conceptos del cual Sagitario y asociados salieron ganadores (No me detengo en explicar los diversos pasajes que tienen en esta y otras ocasiones, ya que el objetivo de esta entrada es tratar de ser un resumen general de lo acontecido en el manga de Lost Canvas en la parte que no fue adaptada al anime).

Derrotado y herido en su orgullo, Aiacos busca a su amada Violate, revelando que muy en el fondo también tenía “sentimientos humanos”, ya que a pesar de ser controlada por Hades para “castigar” el fracaso de Garuda, demostró ser la perfecta media naranja del exjuez del Infierno al emanar lágrimas de sangre. Violate y Aiacos libran la muerte en ese momento con la irrupción de Tenma de Pegaso (Posteriormente la librarían de nuevo ante el nuevo Juez del Infierno, Kagaho), que pretende hacer recapacitar a su exmejor amigo Alone, en una pelea en donde cada quien manifiesta sus sentires e ideales. Parecería que serían los últimos días de Tenma hasta que Atena va en su rescate, recordándole al Dios del Inframundo los “maravillosos momentos de su niñez”, quien se pone nostálgico y por lo mismo a la defensiva, y cuando es tocado por la sangre de Atena, es rescatado por la histérica (pero sensual) Pandora, postergando la “Batalla Decisiva” para otra ocasión, la cual tendrá lugar en alturas mayores del cielo.

Siguiendo con la encomienda de hacer que Alone olvide su “lado oscuro”, Atena insta a sus caballeros a que la apoyen para ir al Lost Canvas y detener los planes malignos de Hades. Radamanthys (que al final de cuentas no estaba muerto como apuntaban las cosas) prueba su lealtad con Faraón de Esfinge a través de la técnica “Maldición de la Balanza”, ratificando ser leal a la causa del Inframundo. Los santos llegan a la 1° puerta del Lost Canvas, la cual no será tan fácil de abrir ya que precisamente Faraón de Esfinge será uno de los primeros sinodales a vencer, y como era de esperarse, el espectro pone en su peculiar balanza los corazones de varios de sus enemigos, hasta que Sísifo, en su misión de ser escudo de la humanidad, realiza el sacrificio con tal de abrir el portal que permita avanzar a sus compañeros. El objetivo se logra cuando Sísifo de Sagitario (en un estado de muerto viviente) junto con Shion de Aries y Regulus de Leo realizan en conjunto la Exclamación de Atena (la “técnica prohibida” de la cual ya se ha abusado en muchas ocasiones).

Por otro lado, Deuteros de Géminis decide sumarse a la lucha, y logrando despertar al malherido Dohko de Libra, encomienda a este último resucitar la armadura de Atena (lo cual se logra con la sangre de la misma deidad), objetivo que el futuro “viejo maestro” logró de milagro al tener que enfrentarse en un desprotegido Santuario ante varios de los espectros del ejército de Hades.

Las tropas de Atena avanza en el Lost Canvas en la embarcación “especial” (ya que es producto de la madera del árbol sagrado) y se dirigen a un punto en el que se les da la bienvenida con la frase “Abandonen el amor del pasado”, frase que va cobrando sentido cuando conforme avanzan, son llamados cada quien por aquellas voces de personas queridas de sus respectivos pasados personales, y gracias a Yato (Caballero de Unicornio) Tenma sobrevive al embrujo junto a Sasha, teniendo que lidiar con Caronte de Aqueronte, con el que negocian para poder llegar a los Templos Malignos y toparse con Hades, el precio pactado (por así decirlo) fue parte del cabello de la diosa Atena, el cual fue un ingrediente para sellar (momentáneamente) el poder de la deidad.

Con el cosmo de Sasha reducido al de una simple mortal, Alone sigue con el trazo de su lienzo y los caballeros recorren las escaleras que los dirigen a los Templos Malignos que protegen la residencia de Hades, al mismo tiempo que Géminis y Libra se transportan ahí gracias a la técnica “Otra Dimensión” del primero, dándose inmediatamente una batalla que confirmaría la maldición de Géminis, ya que Aspros, el hermano gemelo al servicio de Hades, pretende enfrentarse a su carnal Deuteros, revelándose a lo largo de la historia los singulares traumas personales que derivaron en un intento de Golpe de Estado por parte de Aspros en contra del Patriarca de ese entonces. El resultado de esa batalla fue la fundición de ambos en un solo ser que posteriormente enfrentaría tanto a Hades como a cierto encargado de su ejército, Youma de Mefistófeles, que sorprendentemente resulta ser el padre humano del Caballero de Pegaso, Tenma.

Conforme avanza la trama en este manga, se ha revelado poco a poco que Youma ha tenido un papel más que activo en el desarrollo de esta “Guerra Santa”, y actuando generalmente desde las sombras, este personaje con tintes de vagabundo carismático va creando los incidentes que derivan en el surgimiento de este conflicto. Llegando al lugar Sasha, Tenma, Shion y Regulus; Youma los recibe y el “emocional” encuentro entre padre e hijo tiene lugar, y en esa instancia, los “lazos familiares” entre los protagonistas de la batalla se describen como más cercanos de lo que ellos pensaban, y mas “verdades” son sacadas a la luz mientras pelean.

Las acciones continúan y conforme avanza el tiempo se puede decir que Youma ha sido el cerebro detrás del gran conflicto, ya que revela a los presentes todas las acciones que ha emprendido para que la guerra tuviera lugar, describiendo desde actos pasados hasta ciertos acontecimientos futuros (haciendo guiños tanto al clásico original como a la continuación oficial “Next Dimension”), obvio, a pesar de todo, tanto Atena como Pegaso no consideran en vano todo lo vivido en su pasado.

Cuando Hades mata a gran parte de su ejército con la excusa de que “la muerte es la salvación”, a Pandora le da una crisis nerviosa que trata de ser contenida por Kagaho, el espectro verdaderamente leal tanto a Hades como a Alone, quien la insta a que siga su camino. Por otro lado, los “chicos buenos” siguen el camino de los Templos Malignos y se topan con Lune de Balrog, quien se encarga junto con sus súbditos de escribir las historias de vida de todos los humanos que han sido incorporados al Lost Canvas. Este mando del Ejército de Hades es confrontado por Shion de Aries, con quien tiene cuentas pendientes del pasado. Ante esta pelea, el resto del equipo prosigue el camino para detener a Hades. La batalla fue intensa e interesante, pero no hace falta mucho pensarle (por lo que daré un “avance” o “spoiler”) que el ganador fue Shion (De no ser así, el clásico original hubiera tenido otro Patriarca).

Teniendo como rival a Kagaho (De nuevo), Dohko le hace frente no sin antes darle la armadura de Atena a Sasha, instando al resto de sus acompañantes a que continuaran el camino. Visiones de la vida entre ambos son intercambiados y ambos tienen el común denominador de haber sufrido grandes desgracias en sus existencias, lo cual hace que Kagaho y Dohko terminen sus hostilidades orillando a Pandora a buscar a su “perro amaestrado” de Radamanthys, este último acepta ese maltrato (denunciado por su fiel sirviente Valentine, al que Wyvern le da muerte) ya que amaba a la histérica sexy hermana mayor de Hades. Pandora, acompañada de sus “perros” (Radamanthys y Cheshire) se encuentran en el camino con Sasha, Tenma y Regulus, gestándose otra pelea más, dando los primeros golpes de esta Radamanthys de Wyvern y Regulus de Leo, Atena se pone su armadura pero al haber perdido su “cosmo” no puede hacer mucho, por lo que Pandora humilla a sus rivales.

La “Guerra Santa” sigue su curso, y Youma de Mefistófeles hace de su arribo cuando Pandora recuerda sus “momentos felices” como humana, los cuales fueron al lado de la mama del Pegaso de esa Era, Partita, la cual era una sirvienta de su mansión con la que tenía buenos tratos, y como fue clásico en muchos personajes de esta versión de Saint Seiya, no sólo fue una simple criada querida por todos, ya que haciendo el doble papel de guerrera de Atena y de Hades (oficialmente, ya que era otro el verdadero enemigo, el cual se revelará después), fue un engranaje más (y muy importante) en la configuración de la Guerra Santa, y en un clásico giro radical más de la situación, Tenma tendrá que pelear contra su madre.

El duelo entre Partita de Oulu y Tenma de Pegaso da inicio, prestándose a situaciones extremadamente intensas (cualquier pelea entre familiares, ficticia o real nunca es fácil), donde el contexto no es fácil comprender como de un rato a otro, aquel ser que te protegía de pronto quiere matarte, pero como fue regla básica en este manga, todo tenía un porqué, y en este caso no fue la excepción. Partita revela a Tenma que necesitaba de su alma, ya que desde la Era Mitológica, el caballero de Pegaso es el gran pecador de los cielos y asesino de los Dioses, y con ella, el objetivo de relegar a las deidades y levantar a los humanos por encima de los residentes del Monte Olimpo podría ser consumado, donde obvio, Partita y Youma serían los regentes de la Nueva Era.

La pelea sigue, y Pandora tiene participación al atacar a la espectra de Oulu, ya que al oír su plan se sintió (como había pasado previamente) utilizada, su ofensa fue repelida brutalmente por Partita, lo cual enojo demasiado a Tenma quien quería saber qué había detrás de todo este asunto, y al recibir el ataque de su madre, Pegaso recuerda su misión (con el clásico recurso de recordar a sus compañeros caídos en la batalla) “evolucionando” su armadura a un tono dorado. El conflicto continua y ambos están dándose con todo, la progenitora destruye la protección del santo con un ataque certero y al mismo tiempo que arranca su alma (la cual impresiona a Pandora), cosa que Tenma recupera haciendo arder su cosmos que rehace su indumentaria a un nivel superior (es decir, se hace de la armadura divina de Pegaso). Partita confiesa que su real objetivo era que Pegaso alcanzara su máximo nivel, justificando de esa forma sus actos que “rompieron” el corazón de su hijo.

Con un Pegaso triunfante, este sigue su camino y Pandora se despide él, ya que ha decidido no seguir formando parte de esta Guerra Santa. El siguiente “acto” es protagonizado por la batalla de Radamanthys de Wyvern y Regulus de Leo, la cual es intensa, el intercambio de múltiples técnicas tiene lugar, y tal parece que con cada ataque cada quien va mejorando su nivel. Es notorio que Regulus es un prodigio, ya que aprende las técnicas de ataque y contraataque a la brevedad posible, causando serias dificultades a sus oponentes, lamentablemente, a pesar de haber ejecutado la “Exclamación del Zodiaco” (algo equivalente a la “Exclamación de Atena” pero más poderoso y ejecutado por él solito) y de entender a la “Naturaleza” (consejo brindado por su padre Ilías, anterior caballero de Leo), eso no le bastó para sobrevivir, sucumbiendo de esta forma ante el Juez del Infierno, sin embargo, sus esfuerzos no fueron en vano, ya que el “color” de sus propósitos cautivaron a Hades, logrando que volviera parte de su humanidad al Dios del Inframundo.

Pandora encara a Alone, este último trata de hacerle ver lo maravilloso de su obra y contiene los ataques de su “hermana”, la cual, al aceptar que no es rival para él, es socorrida por Radamanthys que desafía al cuerpo residente de Hades, al no ser rival suficiente (a pesar de su determinación, estaba muy debilitado por su batalla previa) decide destruir la pintura de Atena que bloqueaba el poder de la Diosa, para que ella y su ejército se pudiera enfrentar a Alone. El Dios del Inframundo lanza un ataque brutal que parece ser que acabara con Pandora y Radamanthys (Revelándose que ella también quería al Juez del Infierno), pero Wyvern cubre a la dama y con lo último de sus fuerzas permita que esta sobreviva.

Con su poder recuperado, Atena decide regresar a la embarcación que los llevó al Lost Canvas y volver a la normalidad a su ejército (que se había convertido en piedra), realizada esa labor, Sasha los insta a no seguir con la lucha y les encarga que vivan, que esa sería la forma de salvar al mundo. En otra parte, Tenma se encuentra de nuevo con Shion de Aries y tendrán que enfrentar de nueva cuenta a Youma de Mefistófeles, que manda vagar por el espacio – tiempo al futuro patriarca, quien es rescatado por Aspros – Deuteros de Géminis, que le encarga a Pegaso seguir el camino junto con los cuerpos de los Santos de Oro de Aries y Libra. La confrontación entre Géminis y Mefistófeles está a punto de empezar, y la verdadera identidad del espectro es revelada, dándose a descubrir que se trata del hermano menor del Dios del Tiempo (Cronos), Kairos, quien sin lugar a dudas tiene motivos personales para buscar la erradicación del resto de las deidades del Olimpo. ¿El resultado? Kairos fue derrotado y la existencia de Aspros como espectro llega a su límite reduciendo su cuerpo a cenizas. Con todo este panorama, el principio del fin se acerca.

El momento esperado tiene lugar con el reencuentro de Alone y Tenma, y echándose los rollos clásicos de esta serie, cada quien defiende su postura de su particular visión del mundo. Hades está decidido a acabar con la vida de Shion y Dohko que son salvados por Sasha, volviéndose a reunir los 3 amigos de la infancia. La Batalla Final tiene lugar cuando Alone hace uso de su sapuris (armadura de los espectros) convencido de que la suma de todos los colores dan como resultado la oscuridad, se dan más intercambios de palabras que de golpes, dejando a Atena, Libra y Aries como espectadores, se recuerdan ciertos pasajes de su niñez, y con una pelea más intensa, el esfuerzo de Pegaso conmueve a sus compañeros al grado de sacarles lágrimas, las cuales motivaron aún más al portador de la ahora armadura divina, a pesar de que muchas almas del Lost Canvas aceptan la “salvación” por parte de Alone.

Las hostilidades entre los amigos – enemigos siguen presentes, y las razones de Hades parecer someter a las de Tenma, por lo que los caballeros de Atena (Yuzuriha y Yato incluidos) acuden al lugar de la batalla a socorrer a Pegaso, que sigue atrapado por las voces de las almas del Lost Canvas, pero gracias a la persistencia de sus amigos, reanima su cosmos volviéndose a poner de pie, haciendo que Hades reflexionará, desmontará el Lost Canvas y regresara esas almas a sus respectivos dueños. Alone agradece a Pegaso el que salvara la Tierra tal y como siempre se lo había prometido, por lo que ruega que se deshaga de él rápidamente antes de que el verdadero Hades quiera realizar su “macabro objetivo”.

El Hades real sale a la luz y ataca a los presentes, mencionando que estaba siendo atrapado por Alone en un “sueño raro” donde sus enemigos mitológicos eran sus amigos humanos. La oscuridad invade el lugar y Aries y Libra mandan la luz de sus armaduras contra Hades, que repele el ataque, por lo que las almas del resto de los Caballeros Dorados se hacen cargo de su respectivo equipo para estallar la luz del sol más intensa al cuerpo de Hades, que se desprende del cuerpo de Alone y se dirige a su castillo, por lo que el trío de amigos entrañables se dirige ahí a darle fin a la Guerra Santa de esa era. Atena manda de regreso a la Tierra a toda su tropa, y encarga el puesto de Patriarca a Shion de Aries y la vigilancia de los espectros a Dohko de Libra, decidida a darle fin a todo este conflicto al lado de sus mejores amigos.

El final de esta larga serie de mangas tiene lugar cuando Sasha, Tenma y Alone llegan al refugio de Hades, cuya alma ya los esperaba para confrontarlos. La batalla se da y los amigos se defienden del ataque del Dios del Inframundo, mandándolo a los Campos Elíseos a que descanse por lo menos algo más de 2 siglos. En cuanto a los héroes, no se sabe a ciencia cierta qué pasó con ellos, por lo que se pueden inferir muchas cosas al respecto, lo que sí es un hecho, es que tanto Shion como Dohko se dispusieron a cumplir con sus misiones a la brevedad posible, el 1° como Gran Patriarca reconstruyó el Santuario y recluto poco a poco a los Caballeros de la Nueva Era, mientras que el Caballero de Libra se dirigió al Monte de los Cinco Picos a vigilar el sello de los espectros, lugar donde en un futuro transmitiría sus conocimientos al Santo de Dragón, Shyriu (y otros más que para los “puristas” son considerados como rellenos del anime). Dado todo este largo recuento (y eso que omití demasiados detalles ya que la intención era hacer un resumen), ¿Qué puedo opinar al respecto?

De todas las múltiples versiones que ya existen sobre Saint Seiya (el clásico original, Omega, Next Dimension, Episodio G) para mi gusto es la que mejor elaborada esta (obvio en gustos se rompen géneros y varios tendrán una mejor opinión), ya que las peleas no son por la acción pura, sino por causas más personales dado que en este manga si se manejo bien la psicología y las relaciones “sociales” de los personajes (sigo insistiendo que esto es sólo una opinión), y la trama, lejos de aburrir y de ser muy predecible (una limitante que se tuvo ya que esto se trata de una precuela), otorga giros y momentos que mantienen el interés por seguir leyendo esta historia.

A diferencia del clásico original (que es la base de los múltiples derivados), aquí se trató de explicar el origen de algunas cosas (como el rosario que contiene a los espectros, la obsesión de Pandora por Hades, la maldición de la constelación de Géminis, el origen de ciertas rivalidades mitológicas, etc.), además de que la mayoría de los combates se efectuaron más que por ideales bonitos, fueron por causas personales muy bien justificadas que hacen más profundos e interesantes a la mayoría de los personajes involucrados en esta serie, lo cual sumado a ciertas filosofías personales muy bien manejadas, hace que Lost Canvas sea un manga que valga la pena leer. No por nada su enorme éxito (en versión escrita) que ha derivado en una continuación con historias pasadas y futuras de sus Caballeros Dorados en el proyecto Lost Canvas Gaiden (Del cual en un futuro haré sus respectivas entradas).

Si tan buen manga fue, ¿Por qué no se realizó la 3° temporada del anime?, la verdad no sabría responder, pero varios rumores existen en torno a eso, siendo el común denominador el gran costo de producción que a la postre dejaba poco margen de utilidad; sea cual sea la verdadera razón, la verdad si es una pena que no se haya emitido más la caricatura basada en esta historieta, ya que la trama es más profunda, más completa, más interesante, y (esto es superficial pero no por ello menos importante) las mujeres aquí muestran más piel (y derrochan sensualidad por lo mismo) sin caer en el mal gusto, lo cual, como fan de esta franquicia, agradezco. Sólo falta agregar, que a diferencia de la obra original, el Caballero de Pegaso de esta Era si le cae bien a la mayoría (por lo decidido sin tantos aires de farol), ya que Tenma no ha recibido grandes críticas como Seiya, el cual siempre divide opiniones, lo cual es un punto a favor para la constelación protagonista de la serie.

En conclusión (¡Ya sé, por fin esto se termina!), un excelente manga que lamentablemente no gozó de mejor fama en el anime (como muchas otras obras que ya en su momento trataré), pero no por ello dejo de ser exitoso, ya que su gaiden mantiene  una publicación periódica, y la trascendencia de esta historia, de seguro traspasará generaciones. ¡Gracias por aguantar el leer completa esta nota del blog!, nos leemos a la próxima. ¡Coman frutas y verduras!



Para ver la parte inicial de esta sensacional historia, denle clic a este enlace:
http://divinortv.blogspot.com/2014/07/los-caballeros-del-zodiaco-lost-canvas.html


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