Los Caballeros del Zodiaco. Omega. Los palasianos y Saturno




Lo prometí hace unos meses y aquí esta, mi “análisis – resumen” de la 2° temporada (y final) de Saint Seiya Omega, cuyo fin de transmisiones fue a inicios de este 2014, quitándome una agradable rutina que era despertar cada domingo para ver y descargar (ya subtitulado al español) el episodio más reciente de esa serie. Sinceramente fue un gran servicio a la comunidad el que brindó el sitio saintseiyaforos.net, ya que no es fácil grabar un programa televisivo en HD (o en cualquier resolución), traducirlo y subtitularlo, eludiendo el siempre controvertido tema de los derechos de autor, y tenerlo listo para su visualización y/o descarga en la red a menos de 12 horas de su emisión original en Japón, la neta, mis respetos ya que sé que no es fácil, y esa labor que hicieron por “amor al arte”, contribuye a que muchos más se adentren en el mundo de este anime legendario que es la franquicia de Los Caballeros del Zodiaco.

Me esperé un ratote para la elaboración de este artículo ya que requería la inspiración y recordar ciertos aspectos para no regarla y ofrecerles una entrada de no tan mala calidad en este “versátil” Blog de El Divino. La mayoría de los aficionados a esa serie de seguro ya se sabían todo lo que ocurrió en la caricatura ya que esta 2° temporada estuvo llena de spoilers (o de adelantos, este paréntesis es para los que les chocan los anglicismos del lenguaje) en diversos sitios especializados y no tan especializados en el tema, los cuales muchas veces se confirmaban al ver los temas musicales de inicio de los capítulos, y obvio, se ratificaban al observar el curso de esta historia.

Después de una 1° temporada relativamente exitosa, en la 2° se vislumbraban grandes expectativas al incorporar a los Caballeros Legendarios (con los que crecimos la mayoría de los fans de esta obra), retomar el concepto de los caballeros de acero (aquellos personajes “extras” manejados al inicio de la adaptación al anime del manga del que sabemos proviene), así como el regreso a las pantallas de las cajas de pandora (aquellas maletas donde se almacenaban las armaduras de cualquier caballero). Con todo esto y aun sabiendo (siendo mencionado esto en anteriores entradas) que Caballeros del Zodiaco suele contener diálogos monótonos (el criticar no me hace menos aficionado como muchos enajenados suelen pensar), la verdad, desde mi muy particular visión, esta 2° temporada final de Omega me dejó mucho que desear, no digo que fuera mala, pero si esperaba que fuera mejor desarrollada, ¿Por qué?, las razones las mencionaré en los siguientes párrafos.

Acabada la pelea con Apsu donde se evita el arribo del Dios de la Oscuridad al Planeta Tierra, tiene lugar una paz momentánea, donde los Caballeros de Bronce de la Nueva Generación (Koga, Soma, Ryuho, Haruto, Edén y la siempre hermosa Yuna) tienen “conflictos emocionales” donde el denominador común es que tienen la duda de seguir siendo caballeros, pero dados los primeros ataques ejercidos por los palasianos (por lo general a su persona o a seres queridos), encienden su cosmos y logran “evolucionar” su armadura, que de tanto poder no pueden ser almacenadas en las joyas, surgiendo de esta forma las ya citadas “cajas de pandora”. Fueron 6 episodios algo simplones que fueron utilizados para reaparecer ese elemento (de seguro fuertemente solicitado por muchos aficionados de la “vieja guardia”). En estos episodios aparece un nuevo personaje, el cual tenía la encomienda de vencer a Koga para poder convertirse en un Dios, y como se verá a continuación, tuvo un lugar más que relevante en esta 2° temporada, ¿De quién habló? Del caballero de acero (Inicialmente ya que “evolucionó”) Subaru.

Los nuevos enemigos a vencer, los palasianos hacen de las suyas por órdenes de la Diosa Palas (Dándose una incoherencia mitológica, ya que Palas viene siendo Atena, por lo que la Toei Animation la maneja en este caso como su hermana), a la cual previamente Seiya (De Sagitario en esta trama) tenía el encargo de matarla (porque la princesita de Saori obvio no se iba a manchar sus manitas), pero le ganó su corazón de pollo (ya que la vio muy niña) y la dejó vivir, por lo que Palas con cierto artefacto que tenía en su brazo derecho, fue absorbiendo la energía vital (cosmos) de su hermana Atena para ir creciendo y/o madurando a pasos agigantados.

Las particularidades de los palasianos es que se dividían en 3 niveles, sus armaduras se denominaban cronotectores, y su principal ataque consistía en paralizar a la gente, acto al que denominaban “robarles o quitar su tiempo”. Al ser muchos y al atacar por muchas partes en todo el globo terráqueo, los caballeros sobrevivientes al servicio de Atena deciden hacerles frente, sosteniendo batallas por todos lados, siendo un 1° clímax la pelea en los alrededores de la “Academia para Caballeros”, Palestra (un Hogwarts pero para caballeros o santos), donde los héroes son rodeados por los enemigos, y gracias al sacrificio del Caballero de Libra, Genbu, entienden que su misión es no dejarse vencer y tratar de acceder al máximo nivel de pelea para vencer al presente enemigo, esa máxima altura de batalla sería definida como Omega.

Realizado (por así decirlo) un recuento de los daños, se ubica la base de operaciones del enemigo, y lanzando a toda la artillería (Caballeros Legendarios, de oro, de plata, bronce y acero), Atena se decide a combatir a su querida hermanita Palas, la cual sigue encaprichada con quererla ver. La guerra entre diosas tiene tintes de mayor intensidad.

Describir cada una de las batallas acontecidas durante esos episodios sería muy ocioso y hasta tedioso, pero es un hecho que hubo una considerable cantidad de enemigos a los que los guerreros de la esperanza (ya sean legendarios, de oro, plata, bronce o de acero) les hicieron frente, siendo estos rivales de muchos colores, sabores y procederes. En ese camino rumbo al castillo donde se alojaba la Diosa Palas, tienen lugar ciertos acontecimientos que valen la pena recordar en los siguientes párrafos.

Conforme transcurren los episodios, se nota que Palas es una escuincla caprichuda que no tiene contentos a los “altos palasianos” (que desde un inicio se notaba que hacían su trabajo por indicaciones de alguien más), provocando mayores molestias en estos cuando en un episodio digno de la película “Mi pobre angelito” (De hecho ese fue el nombre clave de ese capítulo en cierto sitio de publicación de videos), Palas se pasea por los alrededores y es rescatada por un “inocente” Koga que no tenía idea de la “niña en cuestión”, acto por el cual sintió admiración por el nuevo caballero de Pegaso, y todo fluía de maravilla hasta que el santo de bronce reveló su lealtad hacia Atena, hecho por el cual Palas hace berrinche y promete encargarse de los caballeros de Saori la próxima vez.

Lo mencionado en el párrafo anterior puede parecer irrelevante (algunos de seguro dirían que mejor me hubiera puesto a describir las batallas), pero es importante mencionarlo ya que hasta esas alturas, al parecer, no es precisamente Palas la villana de este cuento, y como se verá posteriormente, algo más era lo que manejaba el pleito entre estas “Diosas hermanas”.

En otro orden de ideas, el elemento novato de los “protagonistas” de esta serie, Subaru, fue cobrando demasiada notoriedad a pesar de su carácter demasiado impulsivo e imprudente, y las sospechas en torno a su origen se fueron incrementando día con día, ya que a muchos sorprendía que siendo un caballero de acero, podía elevar su cosmos al 7° sentido sin mayores dificultades a pesar de no haber sido instruido en esa materia. Sus constantes deseos de ser un hombre que se convertiría en un Dios fueron reemplazados por genuinos anhelos de salvar a la humanidad, logrando una perfecta comunión con sus compañeros al lograr revitalizar (y por ende ser merecedor portador de) la armadura de Equuleus, “El Pegaso Menor” (Dicho equipo tenía la maldición de que quien la usaba siempre moría, lo cual puso a la armadura triste, pero tanta fue la convicción y cosmos de Subaru, que la misma decidió ponerse a su disposición).

Si se estaba dando una interesante conjunción entre los guerreros del pasado (Los Caballeros Legendarios que todos conocemos, más los Caballeros de Acero originales, así como otros “Elementos del Pasado” como Shaina, Jabu, etc.), pues es obvio que a esas alturas una de las mayores interrogantes fuera ¿Y dónde está Ikki, el Caballero de Fénix?, pues para alegría de los seguidores de “hueso colorado”, tiene su aparición salvando a los caballeros de la nueva generación, y como siempre, se las arregló solito para ir al fondo del asunto (No se podía esperar menos de este personaje tan querido y respetado por muchos), del cual, ya se veía el principio del fin.

Y efectivamente, después de que se tuvo lugar a varias batallas, donde algunos traidores al Santuario apoyaron la causa palasiana (siendo esos casos Paradoja de Géminis y Tokisada de Acuario) y fueron vencidos (o convencidos de volver al lado del bien), los últimos “obstáculos” para llegar a la Diosa Palas serían los “Altos Palasianos”, los cuales, en un argumento muy socorrido (y hasta en cierto sentido algo choteado) siempre descalificaban a sus oponentes diciendo que los humanos no tenían nada que hacer ante semideidades como ellos, y como es obvio en este tipo de series, después de mucha batalla y de uno que otro aparente sacrificio (ya que pareciera al momento que murieron, pero no, como siempre sobrevivieron, aunque esta vez derramando muchisisisímos menos litros de sangre), los buenos ganaron sus respectivas peleas, legando a los “actuales” caballeros de bronce sus voluntades para que despertaran el Omega (así en esta ocasión se denomina al máximo nivel de combate) y vencieran al verdadero enemigo.

Parecería que este asunto se acabaría con la pelea entre Seiya y Titán (el único de los “Altos Palasianos” que se mantuvo fiel a Palas), donde ambos dan a entender que más que por sus ideales, combaten por amor a sus dueñas, actitud que conmueve a sus domadoras (Digamos, sin ser muy explícitos dada la naturaleza de este anime, aquí si se dan señales contundentes de que se trataba de amor de pareja sentimental, no como en la serie normal donde muchos para mi gusto exageraron el contexto, pero eso ya será para otro tema), logrando que estas admitieran sus pecados y se perdonaran, y todo hasta ahí era bello y bonito, pero clásico, siempre sale algo no previsto y Europa (que hasta entonces se “disfrazaba” de palasiano de segundo nivel) junto con Miller (que se presumía como un guerrero “independiente” al que le gustaba destruir armaduras) admiten ser súbditos de Saturno, quien tuvo el plan de confrontar a las diosas para hacerse de más poder y tener el terreno listo para instaurar su dominio en el Planeta Azul. La sorpresa no tan sorprendente, es que el Dios Saturno era nada más y nada menos que Subaru, el entonces caballero de bronce de la constelación de Equuleus.

Recobrando su memoria “divina”, Subaru decide que es momento de darle fin a la historia de la humanidad, y ante eso, sus amigos tratan de terapearlo para hacerle recordar las vivencias que tuvieron, y de esa forma detener ese “ímpetu asesino”, a la deidad Saturno le vale y muy a su pesar, los caballeros de bronce junto con Seiya deciden combatirlo, con la esperanza de hacerlo recapacitar.

Los soldados de Atena vuelan (dándose una acción que jamás ningún caballero del zodiaco había realizado hasta ese entonces) hacia donde se asentó Saturno, y dado el ejemplo de Seiya y el posterior derrocamiento de los caballeros de bronce, todos (absolutamente todos, incluidas Atena y Palas, así como los que “escucharon” esa “voluntad”) le dieron gran parte de su cosmos a Koga, que cumpliendo con el rol protagónico que por ley debe tener el caballero de Pegaso (así ha sido en todas las obras basadas en Saint Seiya), encara a Saturno, que conmovido ante esa acción, recuerda sus “buenos tiempos” al lado de Pegaso y para la pelea, desparalizando a la gente que estaba petrificada por los ataques de los palasianos, alcanzando de esta manera nuevamente la paz en la Tierra.

A diferencia de otras sagas de Caballeros del Zodiaco (ya mero termino, no me apuren xD), aquí se dan respuestas sobre cómo puede pintar el futuro para ciertos personajes, ya que Palas acompañada de Titán está dispuesta a recorrer el mundo para aprender de la humanidad, Atena aparece al lado de Seiya dando a entender (sigo insistiendo que aquí si es evidente) que podrían formar una pareja formal (ya no más friendzone por así decirlo), Harbinger (el rudísimo caballero de Tauro) es elegido como el Patriarca por los caballeros de oro sobrevivientes (Kiki de Aries, Integra de Géminis, Fudo de Virgo, Shyriu de Libra, Seiya de Sagitario) y el dedazo aval de Saori. Koga (el principal protagonista de este spin-off) decide dar una vuelta por el mundo al lado de un “antiguo enemigo”, Edén, quien sigue sin encontrar su lugar en el mundo (Personalmente, si yo fuera Koga, preferiría viajar con Yuna, la bellísima Caballera de Águila, pero supongo que él no piensa con las hormonas). El resto de los caballeros al parecer seguirá su vida normal hasta que les den nuevas indicaciones en el Santuario.

Ya para concluir, puedo decir que si esperaba una trama más profunda (menudo iluso, lo sé), la verdad se le da mucha vuelta a la historia, la cual pudo abreviarse y por los mismo disfrutarse más (esa es mi muy particular opinión). Pudo haberse explotado más los problemas personales y emocionales de cada uno de los múltiples distintos personajes (Había material de sobra para ello), pero siendo que se trata de Los Caballeros del Zodiaco, pues era de esperarse que iban a estar concentrados en las batallas, las cuales muchas veces fueron rápidas y hasta sonsas, pero no por ello deja de ser disfrutable. Cumple con el objetivo de entretener (cosa que ya es ganancia en estos tiempos), y tal fue el éxito de esta emisión televisiva que se rescató un proyecto de película de Saint Seiya que está a solo unos días de ser estrenada, por lo que se podría decir que el objetivo de negocio de la Toei Animation fue cumplido con creces.

Muchos de seguro ya vieron la 2° temporada completa, pero si tu no lo has hecho, vela, no es la 8° maravilla pero si eres fan del anime, y en especial de esta franquicia, es indudable que pasaras un rato entretenido (sigo insistiendo que eso ya es gane), y no hay tanto problema en su visualización, ya que varios sitios la tienen disponible. Agradezco su paciencia (si es que leyeron todo este post larguísimo, por lo que se puede deducir que de haberme detenido en más detalles, esto sería más extenso), esperando que me lean en la siguiente ocasión. ¡Expandan su cosmos hasta el infinito! (Lo sé, chafísima frase de despedida).



Para recordar lo acontecido en la 1° temporada de Saint Seiya Omega, dale clic aquí:
http://divinortv.blogspot.com/2014/07/los-caballeros-del-zodiaco-omega-la.html

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