El sentido del olfato. Estructura, Función y Cuidados




Mediante el sentido del olfato se pueden distinguir los diversos olores y aromas, agradables o no, que llegan con el aire hasta la nariz. El sentido del olfato es de gran utilidad porque previene de peligros. Así, por el olor “a quemado” se puede detectar un conato de incendio; por el desagradable olor a gas se puede determinar una fuga de éste y prevenir una explosión; un alimento en descomposición puede ser señalado por el olfato y evitar así su ingestión, etcétera.

Estructura. Los órganos del sentido del olfato son las dos cavidades de la nariz llamadas fosas nasales o cornetes; ambas se comunican al exterior a través de las ventanas de la nariz, lugar por donde penetran los olores justamente en el aire que se respira. Las fosas nasales se encuentran separadas por el cartílago y protegidas por un vello que retiene el polvo que flota en el aire. Las fosas nasales se encuentran cubiertas por una membrana mucosa cuya parte inferior recibe el nombre de pituitaria roja y en su parte superior el de la pituitaria amarilla. La roja calienta y filtra el aire que se respira. En la amarilla se hallan las terminaciones nerviosas que se impresionan con los distintos olores y envían esas sensaciones al cerebro.

Función. Para que el sentido del olfato funcione es necesario que las sustancias que emiten algún olor o aroma estén en estado gaseoso y que la pituitaria esté húmeda. Esto último lo regula la propia membrana cuando está sana.

Cuidados. Los órganos del sentido del olfato son importantes porque intervienen también en la respiración. Por ellos deben tenerse en cuenta las siguientes recomendaciones para mantenerlo siempre sano:

·         No se debe hurgar la nariz, porque además de ser una costumbre antihigiénica se daña la membrana pituitaria.
·         No permanecer en habitaciones con olores penetrantes como el DDT, ajos, chiles tostados, detergentes, ácido clorhídrico, amoniaco, etc.
·         Al sonarse hay que hacerlo apretando sólo un lado de la nariz. Nunca se debe soplar con fuerza por ambas fosas nasales al mismo tiempo porque se puede causar una inflamación.
·         Atender de inmediato cualquier síntoma de catarro. Cuando éste se hace crónico altera el buen funcionamiento del sentido del olfato.


Fuente: Supertareas 4 (Ed. Fernández Editores).

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