Cultura del Fútbol




Durante la segunda mitad del siglo XX, el juego ha aumentado su comercialización. Se ha convertido en un gran negocio y en una rama de los negocios del entretenimiento. Inevitablemente ha habido corrupción y sobornos (en sí mismo nada nuevo en fútbol u otros deportes), e intentos de arreglar partidos, fraudes y pagos ilegales o irregulares. Los mejores jugadores cobran salarios enormes y millones de dólares cambian de manos con los traspasos de los jugadores entre clubes. Los medios de comunicación han jugado un papel incluso más importante, especialmente la televisión. De hecho, el fútbol no podría sobrevivir sin sus enormes inversiones.

Durante las décadas de 1970 y 1980, el vandalismo y la violencia entre los seguidores de los clubes (especialmente los británicos) redujo su popularidad y alejó a los espectadores. Los desórdenes antes, durante y después de los partidos y las batallas campales en las calles entre los hinchas se convirtieron en algo común. Hubo incluso algunos desastres graves: en 1971 en el Ibrox Park de Glasgow, en 1982 en el Estadio Lenin de Moscú, en 1985 en el Estadio Heysel de Bruselas y en el Estadio de Bradford en Inglaterra, en 1989 en Hillsborough (Inglaterra) y en 1992 en Bastia (Córcega).

Para las autoridades del fútbol era esencial promover el juego limpio dentro y fuera del campo y asegurar más la integridad física de los espectadores. Las mejoras incluyeron la introducción de los estadios con todos los espectadores sentados (y algunos estadios cubiertos), pantallas gigantes de vídeos para el entretenimiento antes del partido, instalaciones tales como palcos familiares para animar a las mujeres y a los niños a asistir y promover la participación familiar, guarderías, mejores instalaciones de cafetería y bares, mejores programas de las actividades del equipo en forma de folletos y revistas en las que los seguidores del club pudieran expresar sus puntos de vista. Otras características son la mejora en los operarios, servicios de seguridad y las videocámaras. En algunos estadios se han instalado palcos especialmente cómodos y atractivos para conseguir más dinero.

El fútbol, como otros juegos, tiende a inspirar una rivalidad intensa entre los seguidores de los clubes y de las selecciones nacionales. La fidelidad se expresa portando los colores nacionales o del club (réplicas de las camisetas, bufandas, gorras) y por el flamear de banderas y banderines. Los hinchas daneses introdujeron la moda de pintarse la cara con los colores de los clubes o de su selección nacional. Esto ha arraigado en muchas partes del mundo y muchos aficionados van tan lejos como a pintar su cabello con los colores apropiados. Los cánticos y el uso de los instrumentos musicales también son característicos de las multitudes del fútbol moderno. En Brasil y otros países latinoamericanos, las danzas de los espectadores al sonido de tambores es frecuente, habiéndose acuñado el término de 'fútbol samba'. La 'ola' mexicana ha sido adoptada en muchos otros deportes.

El arraigo popular del llamado por algunos 'deporte rey' ha recorrido todos los continentes, aunque todavía son Europa y Sudamérica las principales zonas donde las figuras más destacadas ofrecen su esfuerzo y su talento. Pero no hay que olvidar al fútbol africano, cuyos jugadores son constantemente requeridos por los equipos más importantes. Así, el liberiano George Weah fue considerado el mejor jugador del mundo en 1995 hasta llegar a Ronaldo, considerado el mejor futbolista del 2002 (sobre todo debido a su participación en el Mundial efectuado en ese mismo año).


Fuente: Microsoft Encarta 1998.

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