El comportamiento de los consumidores al momento de satisfacer sus necesidades se guía con una lógica guiada en el sentido de que buscarán elegir alternativas para el uso de sus ingresos en la adquisición de bienes o la contratación de servicios, también conocida como canasta de consumo, de manera que obtengan el mayor grado de satisfacción posible. Es decir, deberán determinar, de acuerdo con su nivel de ingresos, cómo asignarán sus recursos para la compra de satisfactores, procurando lograr el máximo bienestar que dichos ingresos les permitan.
Tres factores determinan la manera en que un individuo basa sus decisiones de consumo:
· Preferencias.
· Precios de los bienes.
· Restricciones presupuestales.
Así como el productor elige entre varias alternativas de recursos para producir satisfactores, el consumidor deberá valorar, entre las diversas conjugaciones de bienes y servicios posibles, cuáles pueden ser adquiridas con el presupuesto de que dispone y, acto seguido, elegir una de ellas, buscando su mayor satisfacción. En ese sentido, como un elemento distintivo del comportamiento del productor es la maximización del beneficio, en el caso del consumidor, la principal motivación de su conducta es la maximización de su nivel de satisfacción, teniendo como límite sus restricciones presupuestales.
Fuente: Vive la Economía 2 (Progreso Editorial).
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