La Segunda Guerra Mundial trajo una demanda por parte de Estados Unidos y otros países de productos que México podía aportar, y esto favoreció las exportaciones.
Se instrumentó una política de sustitución de importaciones, que consistía en gravar con aranceles más altos a los productos extranjeros y así favorecer la industria y el comercio nacional. Esto trajo como consecuencia que los fabricantes nacionales, al no tener competencia extranjera y al estar ligados al régimen político surgido de la Revolución Mexicana perdieran competitividad y no se preocuparan de la calidad de los productos que fabricaban.
Fuente: CECYTEM - Economía.
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