Matorral. Plantas









Es el tipo de vegetación más común de la República Mexicana: cubre aproximadamente el 40 % de la superficie del país. Se encuentra en los lugares más secos de la tierra caliente, así como en una franja del extremo sur de la altiplanicie y también en algunas regiones de clima sexo, donde hay agua en el subsuelo que pueden aprovechar los vegetales. El clima varía mucho, desde muy cálido en las planicies costeras, hasta relativamente fresco en las partes más altas del altiplano, donde llega a alcanzar los 3000 m de altitud. Los matorrales se pueden observar en casi todo tipo de condiciones topográficas. Debido a su amplia distribución, muestran diferente aspecto, tanto por el desarrollo de sus plantas como por las especies presentes; por ello, muchas veces se le llama de modos más precisos, como matorral espinoso, mezquital, nopalera o matorral de gobernadora, dependiendo de la especie más abundante. La flora de los matorrales es rica en plantas que no existen afuera de nuestro país. La utilización más frecuente de los matorrales es la ganadería; cabras, reses, caballos, burros y borregos son los animales más comunes, pues son capaces de alimentarse de las plantas arbustivas, incluidas las espinosas.


Unas cuantas especies del matorral han sido objeto de explotación intensiva con fines comerciales e industriales. Algunos ejemplos de esto son la lechuguilla, cuyas fibras duras o ixtle se emplean en la fabricación de cordones y costales, la candelilla, de cuyos tallos se obtiene cera, y el guayule, que produce una especie de caucho.

Ahuehuete.
Es un pariente del pino que puede alcanzar gran longevidad y tamaño. Un ejemplar notable de esta planta es el árbol del Tule, ubicado en Oaxaca, que a sus 2000 años de edad tiene 42 m de diámetro. Este árbol fue llamado por los mexicanos ahuéhuetl, que significa “el viejo del río”, porque suele crecer en las riberas de los ríos o junto a las corrientes. Su corteza es rica en ácido salicílico, ingrediente principal de la aspirina. Su madera se utiliza para la elaboración de tambores tradicionales y utensilios de todo tipo. La contaminación de los ríos puede matar a estos enormes árboles.

Comelina.
Especie ornamental que se cultiva por sus flores de color azul intenso y su fácil propagación. Una característica particular de esta planta es que sus hojas están dobladas de una forma que recuerda a una quesadilla. Esta planta tiene una asombrosa capacidad de reproducción por medios vegetativos, esto es, que a partir de un trozo de tallo con hojas pueden generarse un gran número de nuevas plantas. Lo anterior representa una gran ventaja para esta planta del matorral, pues le permite cubrir una mayor superficie, asegurando su supervivencia como especie. En la época prehispánica se utilizó para fabricar tintes y pinturas.

Garambullo.
Es una cactácea de cuerpo aplanado y numerosas ramas suculentas de forma semicircular. Tiene un tronco corto y grueso que se ramifica intensamente alcanzando una altura de 2 o 3 m. Se distribuye preferentemente en las partes elevadas y secas de la altiplanicie mexicana, de Zacatecas a Hidalgo. Se le encuentra asociado a otras plantas de matorral como los huizaches, mezquitas y nopales, pero también forma grupos compactos que no se mezclan con otras especies. Su fruto es jugoso y ampliamente recolectado; con él se preparan dulces y aguas frescas. Hay otras especies de catos y arbustos que reciben este mismo nombre.

Amapola.
También llamada cosmos, o amapola del campo, es una hierba de 1 a 2 m de alto, con un tallo erecto y hojas delgadas. Es común en distintas partes del país desde Sonora hasta Chiapas. Florece de Septiembre a Diciembre, poco después de la temporada lluviosa; en ese tiempo es común verla a la orilla de los caminos, o en milpas abandonadas y cerca de los matorrales. Prefiere los terrenos perturbados, donde prolifera formando vastas alfombras de flores rosas, violetas o naranjas. Se cultiva como planta de ornato y en algunos casos se emplea como remedio. No debe confundirse con la amapola asiática, planta de la que se extrae la heroína.

Mezquite.
Son muy característicos de la vegetación semiárida de México. Son árboles caducifolios, de 6 a 12 m de altura, de ramas gruesas y espinosas, que crecen en altitudes de 1000 a 2000 m, en climas semihúmedos a semisecos con suelo profundo. Prefieren los lugares húmedos a orillas de arroyos y corrientes, también crecen en grupos formando pequeños bosques. Dan una goma semejante a la arábiga que se emplea para hacer dulces y pasta, y para terminar tejidos en la industria textil. De los frutos se obtiene una harina alimenticia y una bebida agradable y nutritiva. Las hojas y los frutos son un excelente forraje.

Nopal.
Se caracteriza por sus tallos planos y anchos que parecen hojas. Cuando los tallos laterales son jóvenes, se consumen como verdura, desprovistos de espinas, en guisos y ensaladas, o como confite. Las flores del nopal son amarillas o rojizas y el fruto, llamado tuna, es carnoso, jugoso y de sabor muy agradable. La tuna es un alimento muy rico en sales minerales y sirve para la elaboración de diferentes bebidas y preparación de dulces, como los tamales y quesos de tuna. También se le han descubierto propiedades medicinales sobre todo para el tratamiento de la diabetes.

Palo bobo.
Arbusto caducifolio de 2 a 2.5 m, tiene un aspecto característico por sus tallos frágiles de color gris o plateado, en cuyos extremos están agrupadas las hojas de 6 a 18 cm con picos en sus bordes. Esta especie se encuentra en el valle de México y otros lugares de la Mesa Central; en particular, abunda en lugares rocosos como el Pedregal de San Ángel, en la Ciudad de México. Su nombre se debe a que pierde sus hojas durante el invierno, y a diferencias de muchas otras plantas, florece antes de recuperar las hojas; entonces da racimos de flores de color amarillo. Su madera es muy blanda y ligera, y a veces se utiliza en la fabricación de cerillos.


  
Fuente: Bancomer – Álbum de la Naturaleza de México, p. 36 – 37.


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