Julio Ángel Olivares Merino – Un colmillo del arcoíris. Capítulo 3

Viernes, una noche antes de plenilunio.

Medianoche.

Lo que hallé escrito tras el lienzo del sótano cuenta precisamente, según creo, la leyenda de esa bruja del bosque. Inna de Mort, que así se llamaba – o llama – era en vida, a principios del siglo, una hermosa muchacha de familia noble y vida embelesada, pretendida por varios caballeros, sobre todo por poetas que veían en sus encantadores ojos una fuente de inspiración inagotable. Al parecer, según se refería en las líneas talladas en el envés del cuadro del sótano, Inna se adentró en el bosque un atardecer, siguiendo el vuelo de su hermoso jilguero que había escapado de su jaula de mimbre justo cuando ella se disponía a acariciarlo como cada noche antes de disponerse a dormir. Se cuenta en las líneas del lienzo que la muchacha jamás regresó de entre la arboleda aquella noche sin luna, que un demonio la acechó y arrancó su corazón para borrar con su sangre la vereda que atravesaba el bosque. Desde entonces vaga desesperadamente, sonámbula, entre los troncos desangelados, a la espera de trazar nuevamente ese camino de retorno. Al parecer, el jilguero aún canta perdido en el bosque y en algún rincón de la ciudad se oculta, polvorienta, la jaula de mimbre a la que ella desea devolverlo para descansar por fin en paz.

Sé que el espectro que se nos apareció en el bosque y dio muerte a Brías, la monstruosidad que alentó el vuelo de los buitres que destrozaron los cuerpos Liengo y Altaría, era precisamente ella, Inna de Mort.

También se expresa en la leyenda tallada en el lienzo que la bruja deseará para siempre, hasta lograrlo, esbozar un arco iris de gemidos y sangre en el firmamento de noche para guiar el paso de los caminantes cuando la madrugada, a su antojo, se haga eterna en el mundo. Se dice en el cuadro: “Llenará el bosque de corazones arrancados a inocentes y a presas de rebaño para que latan en cada lugar y delimiten el amino que atraviesa las sombras, el de ida y el de vuelta”. Es más que un simple cuento de hadas. Sé que cumplirá la maldición y tengo razones para creerlo…

Bien adentrada la madrugada.

Inna dejó el primer soldado de plomo, el de Brías, sobre el bordillo de este ventanal hace tres años. Fue de madrugada, en una noche de luna llena, a principios de otoño. Sentí el áspero vuelo de una silueta en la oscuridad, pero no fue hasta el amanecer cuando descubrí aterrorizado ese muñeco, con su pecho arañado, levemente hendido, ahuecado, con una gota de sangre helada en su seno. Fue entonces cuando el susurro de la bruja comenzó a oírse a medianoche. Los demás soldaditos, los de Liengo y Altaría, aparecieron los dos años siguientes, los últimos. Sin faltar a la cita, los dos bajo el lecho de Hergen y Blaida, también en noches de luna llena, en los primeros días de otoño, con aquellas marcas en el pecho y las horrendas gotas heladas de aquella sangre de brillo púrpura. Al parecer, según refiere la leyenda, los corazones del bosque comenzarán a palpitar cuando pueda arrancar “el de aquel osado y desgraciado que oculta la jaula de mimbre en la última noche de luna llena, la señalada”, se dice en letra garabatosa sobre el cuadro. Desde hace meses sé que tal condenado soy yo, y mi familia conmigo, pues en la víspera de Navidad, Lanna descubrió en el siniestro sótano de nuestra casa heredada a Hergen acariciando una jaula astillada, con gotas de rocío aperlado en su interior.

Y sé también que la postrera noche de luna llena se cumplirá mañana. Podría suspirar y embebecerme en este escalofrío que me consume, pero he de hallar mi soldado de plomo y destruir a Inna de Mort antes de que arribe la noche eterna. Llevaré conmigo el diario y sus líneas hablarán al mundo en el infortunado caso de que no halle el camino de retorno o no consume mi misión. Amanece ahora, la ciudad de Umbra Noel despierta. Me pregunto si Inna habrá disfrutado alguna vez del resplandor mortecino de las albas de otoño, si esos halos son también privilegios de los muertos.

7:30.

La ventana se ha abierto de repente, tras un soliviantado gemido de ventisca, golpeando estruendosamente la pared a ambos lados, descolgando varios cuadros de ella y trayendo una sensación de pómulo sepultado. No me ha sorprendido, sin embargo, esa súbita vaharada de la noche, ni su ímpetu espectral. Sé que luna aún me aguarda t suspira por prender la fantasía palpitante de mi torso, Esa caricia de niebla que ha rondado mi aliento se ha convertido en una silueta de espejos quebrados en la que he reconocido un rostro delgado t surcado por heridas. Era Brías, su fantasma. Ha tosido antes de murmurarme, mientras sus ojos llameaban inseguros, soslayando la oscuridad del exterior.

- Entierra nuestros soldaditos de plomo. Hazlo a la luz del día y oculta en esa fosa la celda de mimbre. Marcha de este lugar después, busca otro horizonte junto a los tuyos. Huye de la noche del arco iris. No te adentres en el lugar donde la muerta tirita, donde los buitres despedazan nuestros recuerdos.

En poco tiempo, su figura de brillos agrietados y cieno se ha ido diluyendo. Con ella, su voz, que ha quedado consumiéndose en las ascuas del silencio. Todo ha pasado. Brías ha desaparecido, se lo ha llevado la custodia de las primeras luces del día.

Otra presencia me ha llamado desde el corredor, con voz perdida. Mi hijo Hergen está en el umbral de la estancia. Está cubierto de lana ennegrecida y trae la jaula de mimbre. El pequeño solloza, parece comprender lo que ésta pasando. Lanna acaba de despertar. Apenas escucho su grito de espanto aunque la veo incorporarse del lecho y acunar a Hergen, arrebatándole esa espantosa jaula, llena ahora de huesecillos romos.

- ¿Qué está pasando? – parece decirme mientras el alma decrépita de la mañana hiela su semblante.

No contesto. Con las primeras luces del día todo pavor se oscurece. No hay claridad tras mi bruma, sin embargo. La estampa de Inna de Mort y el letargo del bosque bajo suspiros de luna llena sollozan en mí ser. ¿Qué me aguarda, Dios mío?

Fuente:

Julio Ángel Olivares Merino – Terror, Editores Mexicanos Unidos, p. 19 – 22.

El 2° capítulo lo encuentras disponible en este link que espero sea mucho de su agrado:

https://divinortv.blogspot.com/2020/10/julio-angel-olivares-merino-un-colmillo_15.html

El 4 capítulo se encuentra disponible en el siguiente enlace:

https://divinortv.blogspot.com/2020/10/julio-angel-olivares-merino-un-colmillo_17.html

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