No el sol, sino la campana,
cuando te
despierta,
es lo mejor de la mañana.
No el sol, sino la campana,
cuando te
despierta,
es lo mejor de la mañana.
Nicolás Mangana era un campesino pobre pero ahorrativo. Su mayor ilusión era juntar dinero para comprar unos puercos y dedicarse a engordarl...