La historia de la industria del petróleo en México se inicia en 1900, cuando los norteamericanos Charles A. Candfield y Edward L. Doheny compraron 113 hectáreas de la hacienda "El Tulillo", en el municipio de Ébano, San Luis Potosí, que se extendían hacia los estados de Tamaulipas y Veracruz. En ese año, la hacienda pasó a ser propiedad de la "Mexican Petroleum of California", creada por Doheny, empresa que empezó a perforar en un campo al que denominaron "El Ebano" y, en 1901, se descubrió petróleo mediante un pozo que fue bautizado con el nombre de "Doheny I".
Mostrando las entradas con la etiqueta Huasteca Petroleum Company. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Huasteca Petroleum Company. Mostrar todas las entradas
Historia del Petróleo. Antes de la Expropiación
Etiquetas:
El Tulillo,
Expropiación Petrolera,
Faja de Oro,
Historia del Petróleo,
Huasteca Petroleum Company,
Intereses del Petróleo,
José Antonio Beltrán Mata,
Petróleo en el Porfiriato
Ciudadano del mundo, economista de carrera, bloguero por pasatiempo, docente por situaciones del destino
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
La recomendación del momento
Los Autootorgamientos de los Hijos de Dios Paradisiacos
El Hijo Eterno es el eterno Verbo de Dios. El Hijo Eterno es la expresión perfecta del “primer” pensamiento absoluto e infinito de su Padre ...
Lo más popular de la semana
-
Nombre Oficial: Reino de Noruega. Continente: Europa. Capital: Oslo (Fundada en 1050) . Área (km 2 ) : 323,802 Límites: ...
-
Antes de la aparición planetaria de un Hijo autootorgador, un mundo habitado es generalmente visitado por un Avonal Paradisiaco en misión ma...
-
Al principio es sólo una ilusión de óptica: nos parece que la arista rugosa de una piedra rajada hubiera empezado a echar un brote. Poco des...
-
Los Avonales son conocidos como Hijos Magisteriales porque son los altos magistrados de los reinos, los adjudicadores de las dispensaciones ...
-
Santa cerveza que estás en el freezer, tan refrescante suena tu nombre, venga a mi hígado tu líquido, haznos sentir tu sabor amargo e...