Los economistas no engordan. Sufren una inflación.
Los economistas no renuncian. Se retiran del mercado.
Los economistas no piden. Demandan.
Los economistas no engordan. Sufren una inflación.
Los economistas no renuncian. Se retiran del mercado.
Los economistas no piden. Demandan.
Nicolás Mangana era un campesino pobre pero ahorrativo. Su mayor ilusión era juntar dinero para comprar unos puercos y dedicarse a engordarl...